Este perfume huele a flores y es femenino, pero también fresco y súper moderno
“Uno tiene que nacer en Roma para sentirse romano” sentencia Pierpaolo Piccioli, romano por derecho (y nacimiento) y actual director creativo de Valentino. Es esa Roma tan suya la que vehicula gran parte de su vida – laboral y personal – y la que insufla de historia, belleza y magnificencia sus creaciones no solo de alta costura, sino también de prèt-a-porter y de cosmética. Es también esa Roma la que sirve de paisaje a una historia de amor milénico ubicada en un palazzo renacentista llamado Aldobrandini y vivida por dos amantes tan físicamente opuestos como emocionalmente parejos.
Ella, Adut Akech. Él, Anwar Hadid. Ella, tez oscura, ojos negros, pelo corto, vestido rosa. Él, piel nívea, ojos verdes, pelo rubio, cazadora de cuero. Juntos, una moto indómita volando a gran velocidad que deja una estela rosa fucsia y un perfume con olor a jazmín y a vainilla bourbon. Juntos, las dos caras de la misma luna dispuesta a iluminar una Roma que no les pertenece pero que hoy y ahora es más suya que nunca.
Adut y Anwar son, como sus compañeros de juergas y vivencias en esta villa renacentista, 'Aristopunks', a saber: "aquella persona que convierte lo ordinario en extraordinario, que se caracteriza por estar orgullosa de sus raíces, su cultura y de saber valorar las diferencias". En ese grupo solo cabe la libertad, la inclusividad, la autenticidad, la verdad. El amor.
Esta pandilla millennial es la protagonista de la campaña que da fondo y forma al nuevo perfume de Valentino: 'Born in Roma', una fragancia para mujer y para hombre que reescribe la historia de la perfumería y dinamita lo prestablecido. Amandine Marie y Honorine Blanc son las maestras perfumistas encargadas de cambiar el cuento en lo que al perfume femenino respecta. Lo han hecho creando una fragancia floral y oriental modernizada con un toque amaderado. Por su parte, Antonie Maisondieu y Guillaume Flavigny – maestros perfumistas de la versión masculina de 'Born in Roma' – han conseguido un perfume rebelde a la par que clásico. ¿Cómo? Jugando con un vetiver amaderado y aromático, hojas de violeta y toques de sal mineral.
© Cortesía de Sephora
No seguir las normas: esa es mi única norma.
Pier Paolo Piccioli
No seguir las normas es combinar un volumétrico vestido de tul fucsia con una chaqueta de cuero negro, calzarse unas botas militares. Es ser punk, ser pop, ser pink, ser cool. Es llevar el pelo azul, o afro, o rapado. Vestir solo de rosa. O solo de negro. Desafiar los códigos establecidos, respetar la historia sin temor a reinventarla, defender la diversidad, amarse (y celebrarse) a uno mismo. Es tatuarse un 'I love you, my angel' porque sí, cruzar Roma a cien kilómetros por hora, besarse con lengua en cada semáforo. Es decir 'ti amo' a la primera persona que consiga erizarte la piel, enamorarse locamente y amar la belleza por encima de todas las cosas.
Romper las normas es oler a 'Born in Roma' y convertir así lo clásico en tendencia. Porque dice Pierpaolo Piccioli que la moda es temporal, pero la belleza es eterna.
Como lo es el recuerdo que deja en nosotros el olor de quien queremos.
Como lo es – y será siempre – Roma.
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