Tom Kublin y Balenciaga aterrizan en una exposición en Getaria

Cuando el húngaro Tom Kublin emigró a Zúrich bajo el temor de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, abrió en la ciudad suiza su primer estudio fotográfico. Ubicado en una de las localizaciones textiles más relevantes del globo terráqueo, fue en este paraje donde el contexto le facilitó conectar con la sedera Abraham, proveedora de la Alta Costura de París, y, en efecto dominó, también con el diseñador de Guetaria, Cristóbal Balenciaga.

El feeling profesional entre Kublin y Balenciaga enseguida surgió y, en una sintonía perfecta, comenzaron a trabajar juntos. Kublin retrataba las piezas del diseñador para documentarlas y sellarlas con copyright mostrando su auténtico ADN, sin artefactos innecesarios ni ornamentos que pudieran salirse de cualquier casilla de su acentuado carácter en la moda. También, el fotógrafo comenzó por entonces a colaborar con prestigiosas editoriales de moda, como Harper’s Bazaar y llegó incluso a abrir su segundo estudio de fotografía en la capital francesa.

La relación entre Tom Kubling y Cristóbal Balenciaga se materializa ahora en una exposición que aterriza en el Museo Cristóbal Balenciaga para ofrecer a todo visitante un recorrido visual magnífico por la historia de una sinergia que marcó un antes y después tanto en la fotografía como en la historia de la moda. Tom Kublin para Balenciaga. Una colaboración inusual es un recorrido por el trabajo interno de la casa de moda, una muestra que se inaugura mañana día 10 de junio y que enseña más de cien fotografías y cinco extractos de películas que evidencian la gran trascendencia de esta colaboración.

Fotografías artísticas, imágenes de los diseños confeccionados con seda de Abraham por encargo de Balenciaga e instantáneas inéditas jamás vistas que realizó también la hija del fotógrafo, Maria Kublin, comisaria ahora de esta exposición junto a Ana Balda.

Pocas semanas después de anunciar la nueva exposición que unirá a Dior y a Balenciaga, esta nueva muestra del fotógrafo llega al museo del diseñador.Los Archivos Balenciaga de París, el Museo Nacional de Suiza y el Museo de Diseño de Zúrich colaboran con esta exposición para poner de relieve el legado y la importancia de esta relación para el mundo de la moda. Lo hace en un magnífico trazado artístico y documental que expone desde los primeros trabajos de Tom Kublin para Balenciaga, en la década de los años 60 -cuando trabajaba en blanco y negro-, pasando por los vídeos a modo de anuncio que realizó adentrados en la década de los años 70 hasta llegar a su época más fílmica, en la que perfeccionó su trabajo como cineasta y se encontró inmerso en películas de moda y en la grabación de un documental para la televisión norteamericana que jamás vio la luz.




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