Nina: «En el momento que sienta que mi voz no está al cien por cien voy a decir adiós a los escenarios»
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Cuando a los 16 años Nina decidió que lo suyo era cantar, no podía imaginar los éxitos que le tenía reservados el destino. Éxitos que se ha ganado a pulso, sin protagonizar escándalos, sólo a base de trabajo y trabajo. Fue Xavier Cugat, el famoso director de orquesta, el primero que se fijó en sus grandes dotes como actriz y como cantante. Fue TVE quien la lanzó a la fama como directora de la academia de ‘Operación Triunfo’, programa que llegó a tener 23 millones de espectadores. Quedamos en el hotel Hospes de Madrid para charlar sobre su carrera y sus proyectos.
A sus 56 años, Nina está de estreno. Publica su segundo libro, ‘Mi voz’, y vuelve a los escenarios, que nunca ha abandonado, en esta ocasión al Teatro Gran Vía de Madrid con ‘Los Puentes de Madison’, novela que Meryl Streep y Clint Eastwood, llevaron al cine. «Es un regalo que me ha caído del cielo. Se lo tengo que agradecer a Gerónimo Rauch, que es el protagonista y quien pensó en mí para este personaje, en un momento en el que estaba diciendo un poco adiós a los escenarios, o empezando a hacerlo» y desvela si teme que la comparen con Meryl Streep. «La película de ‘Mamma mia’ vino después de la obra, y fue un puntazo. A Meryl la conocí en el festival de cine en San Sebastián, le pude regalar el disco del elenco español, estuvo feliz porque es una mujer que desprende humanidad. Y la novela de ‘Los Puentes de Madison’ vendió unos trece millones de ejemplares», cuenta.
Nina, que en broma recomienda a quienes vayan a ver la obra de ‘Los Puentes de Madison’ llevarse una caja de kleenex, habla de amor y de relaciones y revela cuál cree que puede ser la fórmula para una historia duradera. «Las relaciones largas no se hacen solas, hay que trabajárselas, porque si no hay un respeto profundo y un preocuparse por el otro, las cosas no funcionan. Las relaciones hay que cuidarlas, hoy en día parece que es más de usar y tirar» y comenta su relación con Toni, con el que lleva casi 20 años. «Lo conocí cuando estaba terminando OT 3, en 2003 y ahí estamos», dice.
Nina también comenta el buen momento que pasa el teatro musical en España, sobre todo en Madrid, y revela cómo cuida su voz. «No la tengo asegurada, intento descansar bien, beber mucha agua, hacer mucho ejercicio físico y cuidar la alimentación, la voz no tiene grandes misterios… Es más exigente hablar que cantar», reconoce.
Nina tiene claro que, el día que su voz no esté bien, dejará los escenarios. «A los 44 tuve una intervención quirúrgica, eso me provocó la menopausia anticipada, y aparte de ver los signos de envejecimiento, también empecé a ver los signos de envejecimiento en la voz… Mi voz se ha transformado y empecé a pensar en un adiós a los escenarios porque si no voy a estar perfectamente bien de cuerpo y de voz para hacer funciones semanales, no me voy a subir a un escenario. En el momento que sienta que el instrumento no está al cien por cien voy a decir adiós sin ningún tipo de problema» y añade que no teme ese momento. «Sobre todo tengo ganas de disfrutar de la vida, me encanta nadar y andar, mi ilusión es levantarme cada día e irme a la playa bien sea en verano o invierno, nadar 45 minutos y luego ir a caminar, eso me apetece también porque llevo trabajando 40 años, creo que llega el momento de ir abandonando ese ciclo de mi vida y entrar en otro ciclo: me encanta escribir… Lo tengo aceptado. Me he pasado 44 años de mis 56 de vida para ir pensando en ello y lo tengo muy claro. Todavía tengo muchos libros que escribir, estoy muy interesada en hacer investigación en voz, hace dos años terminé un master en investigación clínica», afirma la cantante que además tiene un centro de Pilates y practica esta disciplina.
Entrevista realizada en el Hotel Hospes. Plaza de la Independencia, 3. Madrid
Su foto favorita
«Esta foto de David Ruano me gusta porque a los 55 decidí lucir mi pelo blanco y mostrarme como soy ahora».
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