Natura Bissé: así es la casa-fábrica

Algo más de 22 kilómetros separan el bullicio de la incombustible ciudad de Barcelona con la calma y la paz del Parc de l’Alba. A este paraíso natural ha trasladado Natura Bissé su casa-fábrica, un edificio de paredes blancas y formas depuradas y minimalistas cuya fachada contrasta con el verde de los árboles que conforman el paisaje. Aquí trabajan 200 personas y tiene lugar todo el proceso de creación y fabricación de unos cosméticos que forman parte de la cosmética española que triunfa en el mundo. Incluido Hollywood.

Y es que este edificio, diseñado por el arquitecto Juan Trias de Bes, acoge las oficinas, los laboratorios y las salas de fabricación. Aquí llegan las materias primas -800 para ser exactos, conseguidas de 2000 proveedores- y de aquí parten éxitos de ventas como su crema Diamonds Extreme, ahora reformulada. El objetivo de esta compañía es dar respuesta a las necesidades de cada piel, a partir de su profundo conocimiento de la misma. Y lo hacen desarrollando cosméticos y experiencias que superan todas las expectativas, contribuyendo a la historia de la cosmética desde 1979. Por eso, cuando se les plantea salirse de su área de conocimiento implementando otras líneas de productos como maquillaje, la familia Fisas lo tiene claro: «Zapatero a tus zapatos».

Esta sede se ha adaptado a la conciencia por la sostenibilidad que cualquier empresa debe tener en la actualidad. Pero en su caso, además, su estratégico enclave en medio de un parque natural, les exige cumplir con determinados estándares en este sentido. Para ello, el complejo cuenta con una instalación de placas solares y un sistema de reciclaje del agua de lluvia y la de los inodoros. Además, sus paredes exteriores están cubiertas por una celosía que filtra la luz y permite una climatización eficiente. En esta nueva central, la firma no se olvida del bienestar de sus trabajadores y ha procurado que en cada espacio esté presente la luz natural, incluso en las salas de empaquetado y en los almacenes.

Y la innovación presente en el edificio está en el centro de todos los procesos que se llevan a cabo en su interior. A nivel de producción, es vital mantener las fórmulas sin contaminación, para ello Natura Bissé utiliza diferentes salas con varios niveles de clasificación con una instalación de aire a presión que se va renovando continuamente. Y cuando llega la hora de hacer las mezclas y las emulsiones, los potentes reactores permiten establecer unos parámetros en cuanto temperatura, agitación, homogenización y presión que replican las fórmulas con exactitud.

Pero antes hay que crear las fórmulas, que tienen de media 10 activos por producto. Para esto los profesionales de Natura Bissé mantienen un enfoque open mind que nutren asistiendo a congresos, a reuniones con proveedores y consultando continuamente informes y papers. Tras ello, llega la hora de testar: «Somos un poco El Bulli de la cosmética», afirma Patricia Fisas, Senior VP Research & Innovation de la firma. La mecánica es la prueba y el error y una vez que creen haber dado con el equilibrio perfecto entre estabilidad y sensorialidad, la envían a laboratorios externos para obtener un feedback completamente objetivo. Con todo esto, no resulta raro que desde la idea creativa hasta la comercialización del producto pueda pasar hasta un año y medio.

Pero toda esa paciencia y saber hacer es apreciada nivel internernacional y desde el Parc de l’Alba, el alma mediterránea de Natura Bissé se exporta a 43 países. De su almacén, con una parte completamente automatiza, salen 2.000 pedidos, 10.000 cajas y 200 palés al mes hacia destinos tan diversos como el continente asiático o Estados Unidos.




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